Dentro de este blog se busca informar un poco acerca de la Guerra en Irak, con especial interes en las perdidas humanas y afectados resultantes de esta guerra.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Petróleo en Irak

Sin lugar a dudas el petróleo es uno de las razones por las cuales Irak es tan atractivo para Estados Unidos, por lo que en el siguiente texto se muestran datos en general de las actividades de este recurso que se realizadas Irak entre 1993 a 1998...

“Irak posee reservas probadas por el orden de los 112 mil millones de barriles y probables de 215 mil millones de barriles. Después de Arabia Saudita es el 2do país de la OPEP poseedor de reservas, con un rango entre 24° y 42° API. Kirkuk todavía representa el más importante campo petrolero, con reservas de más de 10.000 millones de barriles. Las guerra Irak-Kuwait y posteriormente la de los Kurdos-Irak dañaron temporalmente estos campos. La mayoría de los campos petroleros fueron reparados en 1993, y van rotando su producción a la espera del levantamiento de las sanciones impuestas por la ONU. En mayo de 1997, el Director General de Planificación Petrolera de Irak estableció que los 3 MMb/d de capacidad de producción podían ser alcanzados en 1 año; 3,5 MMBD de 3 a 5 años. Este esfuerzo incluye: 1) recomenzar los trabajos para las facilidades "corrientes abajo", 2) atraer capitales extranjeros para el desarrollo de producción en nuevos campos y 3) activar las actividades de exploración y desarrollo en áreas en el Desierto Occidental. Los costos de desarrollo petrolero en Irak son muy bajos, aproximadamente 1 $/b y no hay duda de que se necesitará de masivas inversiones extranjeras en 2 o 3 años después del levantamiento de las sanciones.
Desde junio de 1997, se han presentado más de 60 compañías extranjeras, entre las cuales se encuentran: Amoco, Arco, Chevron, Exxon, Mobil Occidental, Coastal y Texaco. Irak firmó el primer acuerdo con la Cia. Nacional China y Norimco para desarrollar el campo Al-Ahdab, que posee 1,4 millardos de barriles con un potencial de 90.000 millardos de barriles (Compañía Nacional China y Norimco formaron una compañía llamada Al-Waha).
Con la intención de optimizar la capacidad de exportación, la cual fue muy afectada durante la Primera Guerra del Golfo, Irak construyó un oleoducto estratégico de 1,4 MMBD, permitiendo exportar crudo de Kirkuk al Golfo Arabe-Pérsico y crudo de Rumaila, a través de Turquía. Durante la guerra "Tormenta del Desierto "este oleoducto fue inhabilitado después de que la estación Haditha fue bombardeada al igual que 4 estaciones al sur del país.
En marzo de 1997 Irak firmó un acuerdo con Rusia para el desarrollo del campo petrolero West Qurnarh, de una producción entre 500 y 750 MBD, en el sur del país. Asimismo un consorcio turco realizó acuerdos preliminares con Irak para desarrollar el proyecto de exportación de gas, al finalizar las sanciones impuestas.
Se ha estimado que Irak ha dejado de percibir 100 mil millones de dólares en ventas de petróleo, por las sanciones impuestas desde la Segunda Guerra del Golfo.
En el año 1999, más de 50 compañías extranjeras realizada en una exhibición tecnológica de petróleo y gas en Bagdad, la mayoría de estas firmas son de Canadá, Francia, Italia y el Reino Unido.
En la región del Kurdistán, al norte de Irak, donde se encuentran ricos yacimientos petroleros continúan los conflictos por la separación Desarrollo de los Campos
La industria petrolera iraquí ha sido sensiblemente dañada por las guerras. La capacidad de producción descendió de 2-25 MMb/d a 75 Mb/d en 1991. La Segunda Guerra del Golfo destruyó la infraestructura de producción en Rumaila: los centros de almacenamiento, el puerto de exportación Mina al-Bakr y los oleoductos y gasductos.
En 1993 gran parte de lo destruido fue reparado, con problemas aún sobre el abastecimiento del agua.
En Octubre de 1998, el Ministro de Petróleo anunció que Irak bajaría la calidad de su crudo a fin de estimular las ventas y aumentar los ingresos. Para lograr esto,
Irak decidió mezclar el petróleo Kirkuk de calidad superior con otro crudo de baja calidad, con alto contenido de sulfuro de otros campos, bajando la calidad de Kirkuk que tenía un API de 36 grados a 34-35 grados.
Compañía: INOC (Irak National Oil Company)Puerto de exportación: Mina al-Bakr, Khor al-Maya, Khor-al Zubaur, Umm QasrPrincipales oleoductos: Kirkuk-Ceylan: Irak-Arabia Saudita (cerrado desde 1990), Banias Estratégico: 1.4 MMBD

En junio de 1998, la ONU aprobó que Irak pudiese adquirir 300 millones de dólares en equipos para mejorar su infraestructura y varios países han entrado en conversación con el gobierno de Irak.”[1]

[1] http://www.analitica.com/va/economia/dossier/1560681.asp

Mesa redonda: qué hacer en Irak

En Irak cada día mueren más personas a causa de la guerra, por conflictos en sunnitas y chiítas, en los fragmentos de este artículos se revelan cifras y datos sobre esta Guerra en Irak, así como la forma de pensar que la población tiene en Ira sobre Estados Undios, también que estrategias los estadounidenses tiene que adoptar.
De Foreign Affairs En Español, Octubre-Diciembre 2006
“Biddle tiene razón en muchos aspectos. En primer lugar, Irak se encuentra ya en medio de un violento conflicto civil, que cada mes cobra entre 500 y 1000 vidas. En segundo, este conflicto se ha vuelto de naturaleza primordialmente comunitaria; como escribe Biddle, es una lucha "en torno a la supervivencia de grupo". Enfrenta a sunitas con chiítas, en particular, pero también a kurdos con sunitas y, más en general, a grupo contra grupo, con minorías más pequeñas sujetas a ataques en frentes múltiples. En tercero, como advierte Biddle, la actual guerra comunitaria de intensidad moderada podría conducir a una conflagración abierta, con un alto "riesgo de matanzas". Por tanto, en conciencia, Estados Unidos no puede retirarse de Irak de un momento a otro -- y ni siquiera convendría al interés nacional -- porque con ello quitaría la última barrera significativa a una conflagración total.
Washington necesita una nueva estrategia y, como escribe Biddle, no puede ser sencillamente la "iraquización" del conflicto. Biddle propone dos pasos audaces: reducir la construcción del ejército y la policía iraquíes y amenazar con "manipular el equilibrio militar de poder entre sunitas, chiítas y kurdos para obligarlos a negociar". Pero estos pasos (en particular este último) son peligrosos y no es probable que funcionen, porque se derivan de un análisis incompleto de la naturaleza formidablemente compleja y multidimensional del conflicto iraquí.
Si bien la guerra en Irak es sobre todo un conflicto comunitario, no es sólo eso. También contiene un importante elemento de insurgencia nacionalista. Uno pierde una pieza esencial del rompecabezas -- y la razón del conflicto es muy difícil de abarcar -- si no capta que muchos iraquíes (en su mayoría sunitas) luchan en cierta medida significativa porque creen librar una guerra de resistencia contra los ocupantes estadounidenses y los "traidores" iraquíes que colaboran con ellos. Entre los veintitantos grupos insurgentes sunitas, tanto las fuerzas islamistas radicales como la resistencia secular (que incluye fuerzas leales a Saddam Hussein y miembros sobrevivientes del partido Baaz) tienen como uno de sus principales objetivos la expulsión de las fuerzas estadounidenses. Que este propósito coincida con la ambición de algunos de restaurar al partido Baaz en el poder o con el sueño de otros de instaurar un califato islámico sunita -- y con la convicción de que todos los partidos islamistas chiítas son controlados por Irán o por lo menos son quintacolumnistas de Teherán -- no debe oscurecer la acérrima resistencia ideológica de los insurgentes a la presencia estadounidense. El odio comunitario que los extremistas islámicos sunitas han provocado deliberadamente (táctica cínica en una guerra de desestabilización, evicción y conquista) ha oscurecido la dimensión nacionalista de la resistencia, pero no la ha eliminado.
La resistencia sunita cree que Estados Unidos busca establecer bases militares permanentes en Irak con el fin de controlar el país y su petróleo por tiempo indefinido. Algunas de las fuerzas insurgentes de ideologías más extremistas, como Al Qaeda en Irak, combatirán a muerte para expulsar a los estadounidenses y lograr su objetivo de dominación. Pero a partir del otoño de 2003, otros grupos insurgentes (que representan una porción significativa de la insurgencia sunita) han enviado señales a través de intermediarios internacionales de que quieren hablar directamente con Estados Unidos. Dos de los objetivos de estos grupos han sido obtener una declaración inequívoca de Washington de que no buscará bases permanentes en Irak y definir un calendario para una retirada militar completa de Estados Unidos, aunque se extienda a dos o tres años. Durante más de dos años Washington ha tenido la oportunidad de entablar negociaciones, con ayuda de mediadores internacionales, con esos elementos de la insurgencia y luego atraer a los dirigentes gubernamentales iraquíes a esas conversaciones. El resultado podría haber sido -- y tal vez aún podría ser -- un acuerdo de elementos clave de la resistencia para aminorar la insurgencia: los líderes políticos y religiosos sunitas podrían enviar mensajes claros a sus bases de suspender la guerra de resistencia y perseguir sus intereses políticos mediante el juego emergente de la política pacífica y la gobernabilidad. A cambio, Washington necesitaría ofrecer por lo menos un calendario flexible para el retiro de tropas, sujeto no sólo a fechas, sino a hechos en el terreno y a medidas que construyan confianza. Ahora que el conflicto se ha vuelto "comunal", es probable que se requiera mucho más para contener la violencia. Pero persisten la necesidad y la oportunidad de tratar con la resistencia de base sunita.”[1]

[1] http://www.foreignaffairs-esp.org/20061001faenespresponse060426/larry-diamond-james-dobbins-chaim-kaufmann-leslie-h-gelb-stephen-biddle/mesa-redonda-que-hacer-en-irak.html

Estados Unidos: Vietnam e Irak

Con este artículo se hace referencia a la guerra de Vietnam en Estados Unidos, al compararlo con lo que sucede en la guerra en Irak en donde Estados Unidos también es protagonista. Se predice como será el reto que le espera al nuevo presidente estadounidense en etse conflicto.
La guerra en Vietnam fue dolorosa para la sociedad de Estados Unidos sobretodo de la generación de jóvenes que reprobaba la idea de seguir con este conflicto que dejaba decenas de muertes. Con respecto a Irak la población no esta de acuerdo con la cciones de Bush, se conoce cada día más sobre el coflicto debido a los medios de comunicación a nivel internacional.
De Foreign Affairs En Español, Abril-Junio 2007
“La razón por la que me enfoco tanto en Medio Oriente es porque mi primera interacción estrecha con Estados Unidos derivó de la participación de ese país en una dolorosa lucha anterior, la de Vietnam. Entre 1966 y 1971, los gobernantes estadounidenses solían detenerse en Singapur después de visitar Vietnam del Sur para hablar conmigo sobre la situación regional. Washington había enviado unos 500000 efectivos sin conocimiento suficiente de la historia del pueblo vietnamita, y como resultado pagó un precio enorme en sangre, recursos económicos, prestigio y confianza.
En la década de 1970 la sabiduría convencional vio la guerra de Vietnam como un desastre absoluto. Pero ha sido una interpretación errónea. La guerra trajo beneficios colaterales, al ganar tiempo y crear las condiciones que permitieron a la Asia no comunista seguir la ruta japonesa y llegar a constituirse en los cuatro dragones (Hong Kong, Singapur, Corea del Sur y Taiwán) y, más tarde, los cuatro tigres (Indonesia, Malasia, Filipinas y Tailandia). El tiempo trajo la división entre Moscú y Beijing y luego entre Beijing y Hanoi. A su vez, la influencia de los cuatro dragones y los cuatro tigres transformó tanto a China comunista como a Vietnam comunista en economías abiertas de libre mercado y dio mayor libertad a sus sociedades.
Hoy la sabiduría convencional dice que la guerra en Irak es también un desastre absoluto. Pero si los problemas de esa nación se enfrentan con decisión y no con derrotismo, la sabiduría convencional de hoy también puede resultar equivocada. Un Irak estabilizado y menos represivo, en el que las diferentes comunidades étnicas se acepten unas a otras en algún marco instaurado, puede ser una influencia liberadora en Medio Oriente.
El desafío ahora, como en la década de 1970, es que Estados Unidos encuentre una salida honorable de un conflicto que evolucionó en forma inesperada. Una vez que comenzó, sin embargo, el problema tiene que llevarse a una solución final de forma que no se cause daño irreparable a Estados Unidos y al mundo en su conjunto. Un Irak que se aglutine como un solo Estado, que incluya a chiítas, sunitas, kurdos y otros, y que no sea manipulado por ninguno de sus vecinos representa un resultado acorde con los intereses de Estados Unidos, de los vecinos de Irak y del mundo en general. Washington debe, por tanto, unir a todos los vecinos de Irak en el proceso de alcanzar ese objetivo.
El próximo presidente estadounidense enfrentará un nuevo mundo. No sólo habrá que lidiar con Irak, sino también con Irán, y la lucha de largo plazo contra los militantes islamistas estará aún en sus etapas iniciales. Pero Estados Unidos se sobrepuso a los reveses de la guerra de Vietnam, frenó la expansión soviética y se convirtió en la superpotencia indispensable. Con una amplia coalición y una actitud apropiada, Estados Unidos también puede prevalecer hoy.”[1]

[1] http://www.foreignaffairs-esp.org/20070401faenespessay070217-p20/lee-kuan-yew/estados-unidos-irak-y-la-guerra-contra-el-terrorismo.html

RECONSTRUCCIÓN DE MEDIO ORIENTE

Con este artículo se da a conocer como el gobierno estadounidense presidido por Bush actua con la bandera de la democrcia en territorio iraquí para lograr alcanzar sus intereses, contextualizando en la Guerra Fría y Guerra del Golfo a Estados Unidos y dando datos de lo que pasaba en la región de Medio Oriente.
De Foreign Affairs En Español, Abril-Junio 2007
“El gobierno de Bush se ha propuesto extender la democracia en Irak y en Medio Oriente en general. A la larga, la democracia puede triunfar, pero el proceso no será fácil. Además, una elección libre e imparcial no es el mejor primer paso hacia la democracia en un país que no tiene historia ni tradición de autonomía. Sin los preparativos adecuados, las elecciones simplemente permiten que la gente exprese sus frustraciones contra la corrupción y las ineptitudes de los gobernantes en turno y vote por la oposición, sin considerar sus características. Eso fue lo que hizo que Hamas ganara el poder en los territorios palestinos.

Un mejor principio sería concentrarse en la educación, la emancipación de las mujeres y la creación de oportunidades económicas. A continuación debe venir un enfoque en instaurar el estado de derecho, fortalecer la independencia de los tribunales y construir las instituciones de la sociedad civil necesarias para la democracia. Sólo entonces conducirán las elecciones libres a un orden más democrático.

Pensar que Irak puede pasar de la dictadura a la democracia mediante dos elecciones en tres años es esperar demasiado. Tal transformación es un esfuerzo para el largo trayecto, que trasciende los ciclos electorales estadounidenses. En sus luchas de hoy, Estados Unidos debe recordar los principios y políticas que guiaron sus respuestas a las amenazas de la Guerra Fría y aceptar que ninguna potencia, religión o ideología puede conquistar por sí sola el mundo ni reconstruirlo a su imagen y semejanza. El mundo es demasiado diverso. Diferentes razas, culturas, religiones, idiomas e historias requieren caminos diferentes hacia la democracia y el libre mercado. Las sociedades en un mundo globalizado se influirán y afectarán unas a otras. Y en el ámbito interno debe decidirse qué sistema social satisfará mejor las necesidades de un pueblo en una etapa particular.
En cuanto al resto de Medio Oriente, Singapur debe mucho a Israel. Cuando alcanzamos la independencia, en 1965, Israel fue el único país que nos ayudó a construir un ejército ciudadano. El coronel israelí que encabezó un equipo de 10 oficiales de 1966 a 1968 volvió a Singapur una década después como general brigadier y se sorprendió de nuestro progreso económico. Lamentó que el progreso económico fuera más lento en Israel. Le dije que habíamos estado en paz con nuestros vecinos y que las fuerzas armadas de Singapur habían sido un factor de disuasión, un arma de último recurso frente al aventurerismo de cualquier país. Israel, en cambio, había estado envuelto en guerras sucesivas.
Para solucionar el conflicto palestino-israelí, debe haber dos estados, uno para Israel y otro para los palestinos. Pero este último debe ser viable, por el cual valga la pena hacer la paz. Estados Unidos debe apremiar a Israel a fin de que aliente el surgimiento de tal Estado palestino y lo ayude a prosperar, y así los palestinos tengan razones para evitar la guerra si ésta ha de destruir el futuro que construyen para sí mismos.
El progreso en la cuestión palestino-israelí no sólo será beneficioso por sí mismo, sino también para aliviar el descontento que produce en los árabes sunitas la percepción de que sus países acceden al apoyo estadounidense a Israel contra los intereses palestinos. Si se viera que Washington apoya activamente el proceso de paz con el objetivo de una solución de dos estados, los gobiernos sunitas tendrían más probabilidades de apoyar abiertamente las políticas estadounidenses hacia la paz en el gran Medio Oriente.
En cuanto a Irán, está comprometido públicamente con la destrucción de Israel y tratará de sabotear cualquier acuerdo de paz, porque la continuación del conflicto palestino-israelí es necesaria para su lucha contra los estados árabes sunitas por la supremacía en el mundo musulmán. Alentado por el reciente ensayo nuclear de Corea del Norte, Irán proseguirá con su propio programa nuclear, y si obtiene suficiente material de misiles, el equilibrio del poder en el Golfo se habrá alterado fundamentalmente. El problema iraní eclipsará al iraquí y estará en primer lugar en la agenda internacional. Y si la teocracia iraní tiene éxito, muchos en los países musulmanes verán en ella, no en la democracia, el camino hacia el futuro”[1]

[1] http://www.foreignaffairs-esp.org/20070401faenespessay070217-p10/lee-kuan-yew/estados-unidos-irak-y-la-guerra-contra-el-terrorismo.html

Estados Unidos, Irak y la guerra contra el terrorismo

Con este artículo se pretende dar a conocer los antecedentes de ambos países Estados Unidos e Irak, en la guerra en Irak o "guerra contra el terrorismo" por como s ele refiere en este artículo.
También lo que sucede en territorio iraquí e iraní con los chiítas y sunitas, los ámbitos poltícos, quien gobernaba en ese momento y en cuanto a Estados Unidos que posición adopta durante este proceso.

Por Lee Kuan Yew
De Foreign Affairs En Español, Abril-Junio 2007

“El rasgo básico de la política exterior estadounidense durante la Guerra Fría fue que era inclusivo: la disposición de aceptar a cualquier nación que se opusiera al comunismo, fuera cual fuese su forma de gobierno. Estados Unidos se enfrentó al sistema soviético y sostuvo la línea en el terreno militar, y su enfoque consistente e integral condujo a la larga a la implosión de la Unión Soviética.
Luego de la Guerra Fría vino la "guerra contra el terrorismo". Terroristas islámicos trataron de echar abajo el Centro Mundial del Comercio en 1993 y perpetraron ataques con bombas en las embajadas estadounidenses en Kenya y Tanzania en 1998. Después vinieron los ataques del 11 de Septiembre de 2001. En respuesta, Estados Unidos atacó Afganistán y derrotó al Talibán. Más tarde, en 2003, invadió Irak para deponer a Saddam Hussein e instaurar la democracia.
Sin embargo, durante la guerra contra el terrorismo Estados Unidos no ha sido tan inclusivo como en la guerra contra el comunismo. Aparte de los que integraron la "coalición de los dispuestos", hasta la mayoría de países europeos se han distanciado de Washington.
Estados Unidos no se dio cuenta, además, de la profundidad de las fracturas en la sociedad iraquí: entre kurdos y árabes, sunitas y chiítas, y los miembros de las diferentes tribus y grupos religiosos locales. Estas tensiones fueron contenidas durante cuatro siglos de dominio otomano, y el británico, que sucedió a los otomanos en 1920, puso a Irak bajo fuerte control sunita, centrado en Bagdad. Ahora, a causa de la destrucción de la vieja sociedad iraquí, por primera vez en siglos el poder está en manos de los chiítas iraquíes.
Retirado el control sunita en Irak, el Irán chiíta ya no tiene contrapeso para extender su influencia hacia Occidente. Y al permitir el surgimiento del primer Estado árabe dominado por los chiítas, Estados Unidos ha incitado las aspiraciones políticas de los 150 millones o más de chiítas que viven en países sunitas en otras partes de la región. Durante mucho tiempo Washington ha confiado en sus tradicionales aliados sunitas, como Egipto, Jordania y Arabia Saudita, para mantener bajo control el conflicto árabe-israelí. Ahora es probable que el poderío del bloque sunita ya no sea capaz de contener a un Irán que apoya milicias como Hezbollah y Hamas en contra de Israel. El nuevo primer ministro iraquí, Nouri al-Maliki, chiíta, se vio en la necesidad de expresar su apoyo público a Hezbollah en Líbano durante los enfrentamientos del verano pasado.
No estoy entre quienes dicen que fue un error ir a Irak para derrocar a Hussein y hoy abogan por que Washington reduzca sus pérdidas y se retire. Esto no solucionará el problema. Si Estados Unidos se retira de Irak antes de tiempo, jihadistas de todas partes se sentirán envalentonados para dar la batalla a Washington y sus amigos y aliados. Habiendo derrotado a los rusos en Afganistán y a Estados Unidos en Irak, creerán que pueden cambiar el mundo. Peor aún, si se desata la guerra civil en Irak, el conflicto desestabilizará todo Medio Oriente, pues arrastrará a Arabia Saudita, Egipto, Irán, Jordania, Líbano, Siria y Turquía.
Respecto de Irak, el gobierno de Singapur ha apoyado y apoya con firmeza al presidente George W. Bush y su equipo. Hemos ayudado a entrenar a la policía iraquí y tres veces hemos despachado un buque-tanque de desembarco al Golfo Pérsico, en cada ocasión con unos 170 hombres, un destacamento de aviones c-130 y tres de KC-135 para misiones de reabastecimiento de combustible aire-aire. El presidente Bush tuvo razón en invadir Irak para deponer a Hussein y tratar de retirar las armas de destrucción masiva que agencias de inteligencia de Europa y Estados Unidos juzgaron que poseía Irak. Pero me puse nervioso cuando Estados Unidos desbandó al ejército y la policía iraquíes y despidió del gobierno a todos los baazistas. Temí que eso crearía un vacío.
Recordé cuando los japoneses capturaron Singapur, en febrero de 1942, y tomaron prisioneros a 90000 soldados británicos, indios y australianos: dejaron intactas y en funcionamiento a la policía y la administración civil, bajo control de oficiales militares japoneses, pero con el personal británico encargado aún de los servicios esenciales, como el gas y la electricidad. Salvo una pequeña guarnición, la mayoría de los 30000 elementos de la fuerza invasora japonesa salió de Singapur y partió hacia Java en el curso de dos semanas. Si los japoneses hubieran disuelto a la policía y la administración civil cuando encarcelaron a los soldados británicos, el caos habría sobrevenido.
Las percepciones de unilateralismo estadounidense han desencadenado una contracoalición informal de necesidad entre países que se oponen a la coalición de los dispuestos. Muchos integrantes de esta contracoalición no simpatizan con los jihadistas. Rusia y China, junto con algunos países europeos, se han unido simplemente para proteger sus intereses contra lo que perciben como invasión estadounidense en sus respectivos dominios. No tienen ningún conflicto fundamental de interés con Washington.
Por lo tanto, para aislar a los grupos jihadistas, Estados Unidos debe adoptar un enfoque más multilateral y sumar a su causa a Europa, Rusia, China, India y todos los gobiernos no musulmanes, junto con muchos musulmanes moderados. Se necesita una coalición de alcance mundial para combatir las llamas de odio que avivan los fanáticos islamistas. Cuando los gobiernos musulmanes moderados, como los de Indonesia, Malasia, los estados del Golfo Pérsico, Egipto y Jordania se sientan cómodos para asociarse a una coalición multilateral contra el terrorismo islamista, la marea de la batalla se volverá contra los extremistas.”[1]

[1] http://www.foreignaffairs-esp.org/20070401faenespessay070217-p0/lee-kuan-yew/estados-unidos-irak-y-la-guerra-contra-el-terrorismo.html

" El Realismo de Bush"

Actualmente existen múltiples teorías que tienen la finalidad de explicar y de esta forma comprender los fenómenos internacionales que ocurren en el mundo, explican, predicen o norman sucesos internacionales, al enmarcarlos en una realidad que permita comprender el porque y el como de estos hechos mundiales que hoy en día gozan de gran influencia tanto en los campos públicos como los políticos, así como los privados que impactan nuestra vida cotidiana.

En nuestros días, existen teorías que tienen como objetivo en particular el explicar el orden y el sistema internacional. Unas de ellas son: neoliberalismo, realismo, globalismo, marxismo, etc. El realismo es la teoría que más ha sobresalido en el sistema internacional debido a que la primera potencia Estados Unidos hace uso ella, la cual se desarrolla en este ambiente y es respaldada por esta potencia. Por lo que es necesario preguntarnos como es que esta teoría ha cobrado fuerza y de forma sus supuestos teóricos nos ayudan a comprender el orden internacional de nuestros días; el primer es seguir los pasos de uno de los países más fuertes y poderosos que apoyan esta teoría.

Me centraré en el siguiente artículo de Foreign Affairs “El Fin de la Revolución de Bush”, propone regresar al realismo protagonizado por el presidente de Estados Unidos el cual es un realista de corazón; y a su ves con la opinión del autor y con los supuestos teóricos que supone esta teoría del realismo.

La doctrina Bush nos dice que “América esta en guerra al expresar que combatiremos a nuestros enemigos en el exterior en vez de esperar a que ellos lleguen a nuestro país, apoyaremos a, los movimientos e instituciones democráticas de cada nación y cultura, con el objetivo de erradicar la tiranía mundial”[1].Estados Unidos goza del poder y con esta con “la justificación de meterse en todo lo que sucede en el mundo”, al ser la unidad de análisis el Estado, reflejo de la razón humana por lo tanto con racionalidad absoluta, quien tiene la capacidad de que la estructura determine las acciones del Estado, de esta forma la estructura determina al agente [top-down]. Bush en sus discursos repitió que “Estados Unidos Está peleando una guerra y debe mantenerse a la ofensiva y listo para actuar solo. El poderío estadounidense es el fundamento del orden global y expansión; democracia y libertad son la clave para hacer más seguro y pacífico al mundo”.[2] La relación con otros Estados, según los realistas no son de amistad, son de poder y con ellos el principio de la carrera armamentista como primera capacidad de poder, orden de alianzas y diplomacia.

La cooperación no es relevante en el sistema anárquico, quien determina la capacidad de poder y atributos del Estado, en este hay moralidad interna. La capacidad militar es importante en el realismo y determina y protege la seguridad nacional, la fuerza impone la razón. A partir, del 11 de septiembre Estados Unidos empieza con una política intervensionista en Medio Oriente, en donde Irak ha sido un actor involucrado en este caso, después de los ataques a Washington y Nueva York; se siente vulnerabilidad e inseguridad en los estadounidenses y con su acción militar pretendían mantener su seguridad nacional.

Considero que fue un arrebato, que se tomaran como pretexto estos ataques para iniciar una intervención en Irak por parte de Estados Unidos que con su poderío se fundamenta en el orden global y se maneja en este conflicto con una bandera de “expandir la democracia y la libertad”[3] en este territorio iraquí.

Esta teoría tiene debilidades y limitaciones, un ejemplo es la caída de la hegemonía estadounidense. El Estado es el único autor racional, no importa la unitariedad, sólo con la voz del Estado; por lo tanto esta política extremista tiende al fracaso. No busca relacionarse con Estados vecinos quiere aumentar su poder, usando la fuerza para establecer una hegemonía nacional.
Las afirmaciones hechas en esta entrada son en base al siguiente artículo:
[1] Gordon,Philip H., “El Fin de la Revolución de Bush” Foreign Affairs, Vol 6, Número 4, Octubre- Diciembre 2006, Pág.190
[2] Ibidem Pág.190
[3] Ibidem Pág.191

Pérdidas Humanas

Este tema nos concierne y preocupa todos, no sólo como estudiantes de relaciones internacionales, sobretodo por el simple hecho de ser seres humanos.

La guerra nos afecta a todos, y sobre todo por que no se ha encontrado una nueva forma para dar solución a un conflicto, en donde la satisfacción de intereses se logra, sin llegar al uso innecesario de la violencia y a que se de pie para la destrucción humana, que en este caso es la muerte de decenas de personas.

Sin duda alguna los más afectados dentro de esta guerra han sido la población del territorio iraquí, puesto que cada día mueren más personas inocentes en manos de las tropas estadounidenses, a pesar de que existen otros factores para la misma; ejemplo “Attacks against U.S. Coalition, and Iraqi security forces persistent and growing. October 2006 was the deadlist month for U.S forces since January 22005, with 102 Americans killed.Total day in Januarry 2006. Dailly attacks against Iraqi security forces in October were more than double the level in January. Attacks against civilians in October were four times higher than in January. Some 3,000 Iraqi civilians are killed every month.”[1]

Existen muertes en ambas partes, como se puede apreciar en el párrafo anterior en donde trato de demostrar que tanto civiles iraquís como militares estadounidenses mueren en consecuencia de esta guerra. Niños y niñas, familias enteras han sido fragmentadas o destruidas dejando secuelas en los ámbitos psicológicos y físicos de los individuos que inconsciente o concientemente han formado parte de esta guerra.
[1] Baker James A. and Hamilton Lee H., “The Iraq Study Group Report”, Vintage Books 2006, primera edicion, Pág. 3