Dentro de este blog se busca informar un poco acerca de la Guerra en Irak, con especial interes en las perdidas humanas y afectados resultantes de esta guerra.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Estados Unidos, Irak y la guerra contra el terrorismo

Con este artículo se pretende dar a conocer los antecedentes de ambos países Estados Unidos e Irak, en la guerra en Irak o "guerra contra el terrorismo" por como s ele refiere en este artículo.
También lo que sucede en territorio iraquí e iraní con los chiítas y sunitas, los ámbitos poltícos, quien gobernaba en ese momento y en cuanto a Estados Unidos que posición adopta durante este proceso.

Por Lee Kuan Yew
De Foreign Affairs En Español, Abril-Junio 2007

“El rasgo básico de la política exterior estadounidense durante la Guerra Fría fue que era inclusivo: la disposición de aceptar a cualquier nación que se opusiera al comunismo, fuera cual fuese su forma de gobierno. Estados Unidos se enfrentó al sistema soviético y sostuvo la línea en el terreno militar, y su enfoque consistente e integral condujo a la larga a la implosión de la Unión Soviética.
Luego de la Guerra Fría vino la "guerra contra el terrorismo". Terroristas islámicos trataron de echar abajo el Centro Mundial del Comercio en 1993 y perpetraron ataques con bombas en las embajadas estadounidenses en Kenya y Tanzania en 1998. Después vinieron los ataques del 11 de Septiembre de 2001. En respuesta, Estados Unidos atacó Afganistán y derrotó al Talibán. Más tarde, en 2003, invadió Irak para deponer a Saddam Hussein e instaurar la democracia.
Sin embargo, durante la guerra contra el terrorismo Estados Unidos no ha sido tan inclusivo como en la guerra contra el comunismo. Aparte de los que integraron la "coalición de los dispuestos", hasta la mayoría de países europeos se han distanciado de Washington.
Estados Unidos no se dio cuenta, además, de la profundidad de las fracturas en la sociedad iraquí: entre kurdos y árabes, sunitas y chiítas, y los miembros de las diferentes tribus y grupos religiosos locales. Estas tensiones fueron contenidas durante cuatro siglos de dominio otomano, y el británico, que sucedió a los otomanos en 1920, puso a Irak bajo fuerte control sunita, centrado en Bagdad. Ahora, a causa de la destrucción de la vieja sociedad iraquí, por primera vez en siglos el poder está en manos de los chiítas iraquíes.
Retirado el control sunita en Irak, el Irán chiíta ya no tiene contrapeso para extender su influencia hacia Occidente. Y al permitir el surgimiento del primer Estado árabe dominado por los chiítas, Estados Unidos ha incitado las aspiraciones políticas de los 150 millones o más de chiítas que viven en países sunitas en otras partes de la región. Durante mucho tiempo Washington ha confiado en sus tradicionales aliados sunitas, como Egipto, Jordania y Arabia Saudita, para mantener bajo control el conflicto árabe-israelí. Ahora es probable que el poderío del bloque sunita ya no sea capaz de contener a un Irán que apoya milicias como Hezbollah y Hamas en contra de Israel. El nuevo primer ministro iraquí, Nouri al-Maliki, chiíta, se vio en la necesidad de expresar su apoyo público a Hezbollah en Líbano durante los enfrentamientos del verano pasado.
No estoy entre quienes dicen que fue un error ir a Irak para derrocar a Hussein y hoy abogan por que Washington reduzca sus pérdidas y se retire. Esto no solucionará el problema. Si Estados Unidos se retira de Irak antes de tiempo, jihadistas de todas partes se sentirán envalentonados para dar la batalla a Washington y sus amigos y aliados. Habiendo derrotado a los rusos en Afganistán y a Estados Unidos en Irak, creerán que pueden cambiar el mundo. Peor aún, si se desata la guerra civil en Irak, el conflicto desestabilizará todo Medio Oriente, pues arrastrará a Arabia Saudita, Egipto, Irán, Jordania, Líbano, Siria y Turquía.
Respecto de Irak, el gobierno de Singapur ha apoyado y apoya con firmeza al presidente George W. Bush y su equipo. Hemos ayudado a entrenar a la policía iraquí y tres veces hemos despachado un buque-tanque de desembarco al Golfo Pérsico, en cada ocasión con unos 170 hombres, un destacamento de aviones c-130 y tres de KC-135 para misiones de reabastecimiento de combustible aire-aire. El presidente Bush tuvo razón en invadir Irak para deponer a Hussein y tratar de retirar las armas de destrucción masiva que agencias de inteligencia de Europa y Estados Unidos juzgaron que poseía Irak. Pero me puse nervioso cuando Estados Unidos desbandó al ejército y la policía iraquíes y despidió del gobierno a todos los baazistas. Temí que eso crearía un vacío.
Recordé cuando los japoneses capturaron Singapur, en febrero de 1942, y tomaron prisioneros a 90000 soldados británicos, indios y australianos: dejaron intactas y en funcionamiento a la policía y la administración civil, bajo control de oficiales militares japoneses, pero con el personal británico encargado aún de los servicios esenciales, como el gas y la electricidad. Salvo una pequeña guarnición, la mayoría de los 30000 elementos de la fuerza invasora japonesa salió de Singapur y partió hacia Java en el curso de dos semanas. Si los japoneses hubieran disuelto a la policía y la administración civil cuando encarcelaron a los soldados británicos, el caos habría sobrevenido.
Las percepciones de unilateralismo estadounidense han desencadenado una contracoalición informal de necesidad entre países que se oponen a la coalición de los dispuestos. Muchos integrantes de esta contracoalición no simpatizan con los jihadistas. Rusia y China, junto con algunos países europeos, se han unido simplemente para proteger sus intereses contra lo que perciben como invasión estadounidense en sus respectivos dominios. No tienen ningún conflicto fundamental de interés con Washington.
Por lo tanto, para aislar a los grupos jihadistas, Estados Unidos debe adoptar un enfoque más multilateral y sumar a su causa a Europa, Rusia, China, India y todos los gobiernos no musulmanes, junto con muchos musulmanes moderados. Se necesita una coalición de alcance mundial para combatir las llamas de odio que avivan los fanáticos islamistas. Cuando los gobiernos musulmanes moderados, como los de Indonesia, Malasia, los estados del Golfo Pérsico, Egipto y Jordania se sientan cómodos para asociarse a una coalición multilateral contra el terrorismo islamista, la marea de la batalla se volverá contra los extremistas.”[1]

[1] http://www.foreignaffairs-esp.org/20070401faenespessay070217-p0/lee-kuan-yew/estados-unidos-irak-y-la-guerra-contra-el-terrorismo.html

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